Esta molestia en el abdomen se puede presentar cuando se come en exceso o de mala calidad, por alteraciones en la acidez estomacal, por intolerancias o sensibilidades alimentarias y muchas causas mas. ¿Pero qué sucede cuando es un dolor recurrente y se suman otros síntomas como hinchazón, pesadez e incluso diarrea? o si se presentan enfermedades secundarias a éstos desequilibrios?
Del adecuado funcionamiento del sistema digestivo depende el equilibrio en nuestra salud y muchas veces éstas molestias abdominales pueden ser síntomas de enfermedades más complejas, que incluso no parecieran estar directamente relacionadas con el tracto digestivo:
Nuestro cuerpo siempre se encarga de mostrar cuando existe un desequilibrio, son estas señales a las que se debe prestar especial atención, para buscar e identificar qué las está generando, dónde está el origen de la disfunción y empezar paso a paso a intervenirlas para mejorar.
Desde la medicina funcional existe un programa por mnemotecnia llamado de las 5R: para sanar el intestino y corregir las disfunciones que dan origen a muchas de las enfermedades de la vida moderna. Lo importante es recordar que restablecer la función intestinal es primordial y en la mayoría de los casos imprescindible para conseguir una intervención efectiva en el manejo de enfermedades crónicas.
Existen diferentes alimentos que pueden causar inflamación en el intestino y esto no permite que funcione de la manera esperada, o el exceso de toxicos medioambientales en la comida o el agua, además de múltiples microorganismos.
Comenzar a retirar de la dieta aquellos alimentos e ingredientes que causan un efecto negativo en el intestino y removiendo cargas tóxicas acumuladas, además de virus, parásitos o bacterias patógenas. En éste punto una “dieta de eliminación” es una herramienta ideal para determinar sensibilidades e intolerancias alimenticias.
Reemplazar las secreciones digestivas faltantes o permitir que la acidez estomacal las active para conseguir una digestión favorable. La producción y calidad de las enzimas gástricas, pancreáticas y biliares pueden verse afectadas por medicamentos, el tipo de alimentación, exceso de licor, algunas enfermedades y con mucha frecuencia por estrés.
El cuerpo contiene bacterias que benefician el proceso digestivo y mantienen el equilibrio inmune y metabólico del organismo; el objetivo en ésta fase es conseguir un balance de microorganismos intestinales “buenos” promoviendo el consumo de prebióticos o entregando probióticos balanceados, además de promocionar hábitos que permitan su viabilidad.
Garantizar el consumo de vitaminas y micronutrientes, es una buena forma de aportar al sistema digestivo. Ayudar con la reparación del revestimiento del tubo digestivo con los nutrientes que necesita y que suelen ser escasos en dietas convencionales: Vitamina A, C y E, zinc, antioxidantes, entre otros.
El estilo de vida también es un factor importante al momento de hablar de salud intestinal. En este caso, la falta de ejercicio, las malas relaciones, el no dormir bien y el exceso de estrés, afectan de manera negativa el tubo gastrointestinal. Encontrar un equilibrio para balancear estos aspectos y lograr un estilo de vida más saludable, beneficiará los procesos digestivos y de asimilación de nutrientes.
Conseguir bienestar y mantener la armonía entre cuerpo y mente es la meta, debemos aprender a escuchar a nuestro cuerpo, conocerlo y atender a tiempo sus alertas, la clave está en tomar buenas decisiones de vida y construir hábitos saludables.
Desde la medicina funcional puedo ayudarte. Agenda tu cita y comienza un camino que está pensado para mejorar tu calidad de vida.